Así que hemos hecho algo que vamos a repetir muchas veces durante el largo verano.
¡Nos hemos tomado un helado!
Hemos aprovechado los congeladores del comedor
para mantenerlos en su punto a lo largo de la mañana
y nos los hemos tomado después del recreo.
¡Qué calor hacía!
¡Qué fresquitos estaban!